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¿CÓMO RESCATAR A LOS COMERCIANTES A TRAVÉS DEL CONCURSO MERCANTIL?

¿CÓMO RESCATAR A LOS COMERCIANTES A TRAVÉS DEL CONCURSO MERCANTIL?

Por: Serafín Milo Suárez; Abogado egresado de la Escuela Libre de Derecho.

Ante la situación actual del país con una afectación grave a la economía, vivimos una crisis que se irá agravando con el tiempo y que necesariamente se debe controlar para que la gente no pierda sus fuentes de empleo y de riqueza, además de que se debe buscar la protección de los trabajadores y de las empresas a la par, ello con el fin de que éstas últimas no terminen en lo que coloquialmente conocemos como “quiebra” o “bancarrota”. Es importante señalar que ante los insuficientes apoyos a comerciantes, por parte del sector gubernamental, se debe actuar rápido y evitar que cierren y quiebren los comerciantes. Surge la interrogante ¿Qué le queda hacer a los comerciantes? En realidad aún tienen soluciones, y éstas se encuentran en el denominado “Concurso Mercantil”, que es un procedimiento de tipo judicial un poco desconocido para quienes no son abogados y para quienes no se encuentran inmersos en dicha materia.

 

¿En qué consiste un concurso mercantil? En palabras de un servidor, el Concurso Mercantil es un procedimiento judicial que se lleva ante los juzgados federales, mediante el cual, se busca proteger a los comerciantes (personas físicas o morales) y a sus acreedores para poder llegar a acuerdos de pago conforme a lo que a sus intereses convengan y el comerciante pueda reestructurarse; en caso de no ser lo mejor la reestructura, entonces facilitar la venta del activo para dar cumplimiento a sus obligaciones con sus acreedores y demás terceros.

 

El Concurso Mercantil consta de dos etapas, a la primera se le denomina “Conciliación”, en la cual, precisamente se busca la reestructura del concursado (comerciante que se declara en Concurso Mercantil) mediante la suscripción de un convenio en el que éste y sus acreedores se ponen de acuerdo para determinar la forma de pago de los créditos/deudas mediante una quita o una espera. En dicha etapa, el comerciante sigue con sus actividades, fungiendo debidamente en la administración de sus negocios, pero con el efecto de que se den por vencidos ciertos contratos y créditos y se suspende su pago, algunos podrán continuar, dependiendo el caso en específico, pero ello le permite al comerciante reestructurarse y llegar a un arreglo con sus acreedores con el fin de salvar oportunamente su empresa. Celebrado el convenio concursal, se da por terminado el procedimiento y el comerciante en reestructura debe proceder al pago en cumplimiento al convenio pactado y podrá continuar con su empresa; la ley determina que dicha etapa tiene una duración máxima de un año, la cual consta primero de un plazo de ciento ochenta y cinco días, con la posibilidad de solicitar dos prórrogas sucesivamente de noventa días cada una; en caso de que no se llegue al convenio durante ese plazo de duración de la conciliación, tendrá que procederse a la segunda etapa, también conocida como “Quiebra». 

 

Ahora bien, la segunda etapa del Concurso Mercantil conocida como la Quiebra, es la etapa en la cual, se procede a la venta de la masa concursal (es decir, los bienes propiedad del comerciante) para pagar a sus acreedores. En dicha etapa ya un síndico llevará la administración de la empresa y se encargará de fungir como ejecutor y terminar con las deudas de la quebrada en un reparto concursal proporcional que deberá de darse conforme a una sentencia que establezca el orden de a quiénes se les pagará primero y a quiénes después. Dicha etapa no necesariamente surge después de la Conciliación, pues según convenga al interés del comerciante concursado, éste podrá optar por iniciar directamente en etapa de Quiebra, siempre y cuándo así lo solicite al juez por así convenir a sus intereses.

 

La ventaja del Concurso Mercantil consiste en que los créditos al darse por vencidos y dejar de generar intereses, se le permite al concursado no pagar hasta en tanto se llegue a la celebración del convenio o se declare en quiebra, lo que es interesante, pues durante la etapa de Conciliación se da oportunidad para que en un año el concursado se reestructure, permitiéndosele continuar con su operación habitual y se auxilie de especialistas como lo es un conciliador o un síndico y un juez, quienes en un procedimiento judicial donde intervienen también los abogados de los acreedores y de otros terceros, buscarán llegar a un acuerdo según sus intereses convengan. El pago de los créditos respetará un orden de prelación determinado por ley, poniendo a los trabajadores al principio como los acreedores principales y de ahí seguirán los créditos especiales, con garantías, los comunes y los subordinados, sucesivamente.

 

Durante el periodo de conciliación, el comerciante podrá negociar con sus acreedores, buscarán de manera conjunta cómo solucionar los conflictos derivados del pago de los créditos adeudados, y se permitirá también a los acreedores acceder a un procedimiento judicial sin tener que iniciar múltiples procedimientos externos al Concurso para reclamar el pago de deudas contraídas. De igual forma, se evitarán abusos como actos en fraude de acreedores, esto al ser procedimientos que obedecen a principios de transparencia y publicidad, que al ser un juicio universal el Concurso Mercantil, permite que los acreedores se apersonen a un solo juicio para hacer el reclamo pertinente de cada uno de sus créditos, todo con base en pruebas que son rápidamente valoradas por el juez concursal y que mediante una sentencia de reconocimiento de créditos se les debe pagar, o en su caso, conforme al convenio que se llegue a aprobar.

 

Pero, ¿Por qué no es tan conocido el Concurso Mercantil? Dicha interrogante es simple de responder, y ello se debe al desconocimiento del procedimiento por su falta de difusión, conocimiento y estudio. El Concurso Mercantil, es bastante útil en momentos de crisis y es obvio que no se conoce tanto, pues sería un poco absurdo crear una empresa con la idea de que va a acabar debiendo y existe un procedimiento para dirimir controversias con sus acreedores previo a la disolución. Lo que se debe hacer es darle mayor difusión, y aquel interesado en saber si puede acudir al Concurso, deberá consultar debidamente con expertos, quienes podrán apoyarles a salvar su empresa, pelear algún crédito a su favor (en caso de ser acreedores) o defender y velar por sus intereses en este tipo de procedimiento legal. Pero así como se propone el uso de este procedimiento, previamente se deben cubrir los requisitos necesarios para que alguien pueda ser declarado en Concurso Mercantil conforme a la Ley de Concursos Mercantiles, y que consisten en: 1) que de todas sus obligaciones vencidas del deudor, el 35% o más ya tengan treinta días de vencimiento, ó 2) no se tenga activo suficiente para hacer frente al 80% de sus obligaciones vencidas, ó 3) cuando alguno de los dos supuestos anteriores sea inminente que esté por presentarse.

Hoy los comerciantes cuentan con la oportunidad de acudir al Concurso Mercantil para el caso de que su situación se haya tornado difícil con sus acreedores y demás terceros, pues dicho procedimiento ha mejorado a lo largo del tiempo, pues es un procedimiento que inició desde la Antigua Roma con la conocida Bonorum Venditio, que ha tenido diversos avances y cambios a lo largo de la historia en los distintos países, conociéndose en México antes bajo un procedimiento denominado Suspensión de Pagos y/o Quiebra, procedimiento que ha cambiado en atención a la protección de los comerciantes y sus acreedores, esto para dar oportunidad de que las empresas se reestructuren, o en su caso a través de la quiebra agilicen la terminación y liquidación de sus deudas. En ese sentido, debemos hacer uso del Concurso Mercantil si queremos salvar a las empresas del país o defender a los acreedores, esto para amortiguar los problemas que generará, al parecer, una de las peores crisis que se han presentado en México. Por lo anterior, se debe exhortar a los comerciantes a que se asesoren oportunamente sobre este tipo de procedimiento, ya que es sumamente importante salvar en este momento a las empresas (pequeñas, medianas y grandes) por la implicación económica que tienen en el crecimiento y desarrollo de la economía nacional.

¡Por fin se reúne el organismo que más necesitaba México en este momento! El Consejo de Salubridad Nacional.

¡Por fin se reúne el organismo que más necesitaba México en este momento!

El Consejo de Salubridad Nacional.

Por: Serafín Milo Suárez.

Hoy México atraviesa un panorama sumamente preocupante, la vida de miles de mexicanos está en riesgo derivado de la propagación del coronavirus (COVID-19), y que de no tomarse de manera oportuna las medidas adecuadas para su contención, estaremos en serios problemas en un tema tan importante que se debe velar como lo es la salud de la población.

Foto: el universal

Ya el virus se ha propagado por todo el mundo, con miles de contagios y muertes, colapsando los sistemas de salud de varios países, cuestión que debe evitarse a toda costa en nuestro país de forma inmediata por el bienestar de los mexicanos, y que hoy es responsabilidad también de nuestro gobierno, hacer uso de las herramientas que tiene a su alcance, esto como lo es atender de forma inmediata a las decisiones que se tomen en el Consejo de Salubridad Nacional, el cual precisamente es el organismo más efectivo para dar respuesta a las necesidades y el bienestar de los mexicanos ante la epidemia del coronavirus.

Para saber qué es el Consejo de Salubridad Nacional tal y como hoy se encuentra contemplado en nuestras leyes, es necesario atender a sus antecedentes, los cuales datan desde la creación del Real Tribunal del Protomedicato, figura creada en España e instaurada por consiguiente, en la Nueva España en el Siglo XVI, que entre sus funciones, además de ser un tribunal con tintes de autoridad administrativa, se destacaban la de supervisión de la praxis médica, la coordinación de la higiene pública, el control de medicamentos, así como el control de epidemias. Para 1831, en nuestro país tendríamos la conformación de la Facultad Médica del Distrito Federal, la cual se encargaba en ese tiempo de la expedición de los títulos de médicos, así como estaba conformada por un presidente, un secretario, un tesorero, un fiscal y ocho vocales. Posteriormente en 1841, sería creado el Consejo Superior de Salubridad, el cual fungiría como un órgano normativo y técnico enfocado en la prevención y resolución de problemas sanitarios, con incidencia su regulación en hospitales, establecimientos comerciales, rastros, mercados y centros educativos; pero instaurado el imperio en México, se sustituirá el Consejo Superior de Salubridad por la creación de una corte que duraría muy poco tiempo (dos años), conocida como el Consejo Central de Salubridad, la cual, volvería en 1968 a su denominación original como Consejo Superior de Salubridad, que comenzó a dictar normas de carácter obligatorio y general para todo nuestro país.

Para 1917, ya en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el artículo 73, de origen, se estableció lo que hoy conocemos como el Consejo de Salubridad General, el cual además hoy tiene fundamento en el artículo 4o de nuestra Carta Magna. Dicho organismo fue creado con la facultad jurídica para emitir disposiciones normativas de carácter obligatorio y nacional (para toda la República Mexicana). Ahora bien, lo relevante del Consejo de Salubridad General es qué tal y como se ha visto desde sus antecedentes, este organismo es precisamente el contemplado para hacer frente a circunstancias graves y que ponen en peligro a la población en temas de salud, esto como es el caso del Coronavirus, que no sólo ha sido algo catastrófico para México, sino para el mundo entero, de ahí que la Organización Mundial de la Salud lo catalogara como una pandemia.

A lo largo de estos días, los gobiernos de otros países, así como los gobiernos de los Estados en nuestro país, han tomado iniciativas en materia de salud, ello para evitar y contener la propagación del virus mejor conocido como COVID-19. Lamentablemente, estamos ante una situación difícil de controlar, cuyas medidas no están siendo acatadas por los ciudadanos, y que hoy se necesita de la pronta respuesta del Presidente de la República para que atienda al llamado de emergencia que se ha dado mediante las recomendaciones propuestas por los organismos internacionales (OPS/OMS), pues además de la respuesta del Subsecretario de Salud, el señor Hugo López-Gatell, se necesita una normativa clara y que se acate de inmediato por la población para evitar que se siga propagando de manera desmedida el coronavirus, para ello debe atenderse a de forma inmediata a todo lo que se decida en el Consejo de Salubridad Nacional.

El Gobierno de nuestro país, hoy necesita tomar medidas inmediatas por el bien de la población, deben enfocarse ya realmente como prioridad en la protección y el bienestar de los mexicanos. Es evidente que estamos ante una situación alarmante, la propagación de contagios por coronavirus ha ido en incremento y ya se han presentado muertes. Hoy se presume que el sistema de salud cuenta con el equipo suficiente para hacer frente a la epidemia, pero hasta en otros países con buenos sistemas de salud, estos se han visto colapsados y se ha salido de control la situación. Mucha gente sigue en las calles como si nada estuviera pasando con riesgo a contagiarse y contagiar a los demás, esto como también pasó en España e Italia, donde minimizaron la situación y hoy tienen miles de muertos por este virus y todas las complicaciones que genera, pues no se trata de una simple enfermedad. Hoy esos dos países Europeos viven una situación alarmante y triste al no poder salir de sus hogares (afortunados quienes cuentan con uno) y que además, son países que evidentemente cuentan con un buen sistema de salud. Evidentemente para evitar el colapso de nuestro sistema de salud y lograr una mejor contención en la propagación del virus, debe establecerse una normativa efectiva, que sea inmediata y se vele en este momento para informar a los mexicanos de la situación real que está atravesando nuestro país y el mundo con la propagación del virus y sus consecuencias.

El Consejo de Salubridad General hoy es el organismo que cuenta legalmente con las facultades de decidir y crear normas generales y obligatorias para la población en general, y que no tiene como base sólo a los secretarios del presidente, sino a una serie de expertos en materia de salud, quiénes con un mayor conocimiento y apoyo de quienes los respaldan, tienen la capacidad de tomar las mejores decisiones en conjunto con el presidente y su gabinete para el país y la protección de su población en este grave tema de salud al que nos enfrentamos.

La situación de nuestro país no puede minimizarse, el problema es grave, y ante situaciones así, el gobierno debe ser contundente y apoyarse del aparato normativo hoy existente, el cual fue justamente creado para este tipo de contingencias y apoyarse de la figura del Consejo de Salubridad General. Pues dicho organismo, mediante la expedición de acuerdos y formulación de opiniones crea una normativa efectiva para hacer frente a la situación que se vive en nuestro país, esperemos que se atienda correctamente a sus decisiones y sea el Consejo aquél que atienda oportunamente a la contingencia que se presenta.

De momento, algunas empresas o particulares, así como gobiernos locales, han buscado la forma de hacer frente a la situación y proteger a su gente, lamentablemente eso es insuficiente, se necesitan normas que se creen y acaten al momento e incidan a nivel nacional para la población sin la necesidad de un tardado procedimiento legislativo común. Para ello, el Gobierno Federal ante la situación de emergencia, tiene en sus manos al Consejo, y esperemos tome las decisiones correctas, pues está conformado de expertos, pues cuenta con Secretarios de los Estados, con la Academia Nacional de Medicina, con la Academia Mexicana de Cirugía, la UNAM y el IPN (representadas por el rector y su director general, respectivamente), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Academia Mexicana de Pediatría, la Sociedad Mexicana de Salud Pública, la Academia Nacional de Ciencias Farmacéuticas, la Asociación Nacional de Hospitales Privados, el IMSS, el ISSSTE, entre muchos otros.

Debemos apelar a la sensatez, a la empatía, a la honestidad, a la información, a la prevención y hacer frente a nuestra realidad. Esperemos que el Gobierno federal y el Consejo de Salubridad General tome las medidas adecuadas para evitar un peor panorama, esto como lo sería tener miles o millones de muertos; se debe proteger a la población en estos casos, haciendo uso de las figuras normativas que fueron previamente creadas y que históricamente han dado respuesta a situaciones de esta índole.

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